Desde hace unas décadas, Peñíscola se ha convertido por derecho propio en uno de los destinos más populares de nuestro país, tanto para los visitantes extranjeros como para los propios españoles. Las herramientas cibernéticas con las que contamos hoy día nos lo han dejado bien claro. Año tras año, las páginas más utilizadas para buscar alojamiento y destino veraniego han situado a Peñíscola como uno de los destinos predilectos, junto a la las islas y a la costa andaluza. ¿Qué tiene de especial la Ciudad del Mar? Cualquiera que la haya visitado ya lo conoce, pero para el que no, un par de días bastarán para darse cuenta.
Y no estamos diciendo que baste con un solo fin de semana para conocer a fondo todo lo que Peñíscola ofrece, porque nos quedaríamos muy cortos. Sin embargo, es habitual que ese sea el periodo en el que muchos visitantes, sobre todo nacionales, pasen por el municipio castellonense. Una escapada de fin de semana tal vez no nos llene tanto como una semana de playa en este paraíso, pero al menos nos permitirá reconocer por qué Peñíscola es tan popular. Su ubicación, en la costa este, la hace perfecta para todos aquellos que vienen desde Valencia, Madrid, Barcelona e incluso Zaragoza, ya que está a poco más de dos horas de cualquiera de esos destinos.
Si vamos a pasar un par de días en Peñíscola, lo mejor es tenerlo todo bien organizado para no perder el tiempo y aprovechar al máximo cada minuto. Llegar el viernes por la tarde ya puede suponer un traspiés, pero podemos pasear por el centro, tal vez ya iluminado por las farolas, y disfrutar de las calles empedradas de este singular municipio. Acercarnos al paseo marítimo puede ser también una buena opción para tener una panorámica nocturna del Mediterréno, mientras degustamos ya algunos de los platos típicos de la zona para cenar. Guardar fuerzas para el día siguiente, que estará cargado de emociones y visitas, es primordial.
Peñíscola es una ciudad tranquila, aunque verano su población se multiplica por tres. Esto hace que también podamos disfrutar de la fiesta nocturna, si es lo que nos apetece, en cualquier pub o discoteca de moda. A la mañana siguiente, ya con todo el sábado por delante, la visita al castillo se hace imprescindible. Y si es guiada, mejor que mejor, ya que así conoceremos mucho más a fondo la historia de este lugar tan emblemático no solo para Peñíscola, sino para todo el país. Las vistas desde la fortaleza son increíbles, así que nos tomaremos nuestro tiempo también para sacar todas las fotos que nos apetezca.
El almuerzo será la comida principal de este día completo en Peñíscola, así que debemos escoger el lugar adecuado. Casa Jaime y su arroz Calabuig son siempre una opción segura, seguramente uno de los platos más reconocidos de la gastronomía local. Reposar la comida por un buen café mientras planeamos el resto de visitas nos dará fuerzas para aguantar todo el día. ¿Opciones para la tarde? El Museo de la Mar suele ser una magnífica alternativa, especialmente si vamos en familia. ¿Nos sentimos con ganas de aventura? Siempre podemos acercarnos a la Sierra de Irta en bicicleta para una ruta por estos lares, o incluso a las múltiples empresas que ofrecen paseos en barca, motos de agua y otras actividades marítimas.
Si lo único que queremos es disfrutar del sol y del mar, pero sin tanta acción, la Playa Norte es seguramente el lugar perfecto. Designada con bandera azul en estos últimos años, cuenta con todo tipo de facilidades y servicios para que pasemos un rato espectacular tirados en la arena o probando las templadas aguas del Mediterráneo. Luego, una cena en algún local gastronómico más moderno, como los que tanto abundan en el Paseo Marítimo, para deleitarnos con una cocina tradicional a la vez que vanguardista que sin duda nos sorprenderá.
El domingo por la mañana la mente ya estará puesta en la vuelta, y de hecho, seguramente muchos tengan que salir temprano para regresar a sus casas. Sin embargo, siempre podemos sacar tiempo para realizar una última ruta por los lugares más emblemáticos de la ciudad que hayan sido utilizados como localizaciones de rodaje. La ruta Peñíscola de Cine es imprescindible para los amantes del séptimo arte y las series de televisión. Tras conocer estos rincones, uno ya puede decir bien alto que al menos ha podido probar el sabor de Peñíscola, aunque todavía le queden cosas por ver.
Da igual si vas en verano o en invierno, seguramente la Ciudad del Mar también te ofrezca alternativas culturales muy interesantes, desde conciertos hasta rutas especiales, que serán la guinda perfecta a tu visita. Y lo más importante, si te quedas con ganas de conocer más a fondo este precioso pueblo castellonense, es prometer que volverás, con más tiempo, para no dejar nada atrás.